lunes, 27 de enero de 2014

Te realizaré

Atardecer. Víctor Bueno Carro

Con óleos antiguos ungiré tu sexo.
Te realizaré
con la carne de una guitarra, con la extensión
de un mar de manos.

Quebrando un vientre
así se armonizó
mi dicha, tu vientre empreñado
donde madura el dios;
la idea de una estrella,
juramento que duele como tierra que pasa.

Estábamos a solas,
como en el alto deambular
de los pájaros. De repente,
al fondo de la tarde,
en su casi palpable oscuridad,
apareció un color
impreciso y débilmente punzante,
atroz
como la lluvia que no vive. 

sábado, 25 de enero de 2014

de largos ojos desmelenados

Eclipse y ósmosis vegetal. Salvador Dalí

Eran los días de la luz más pura,
de los espacios rotos y de los tiempos quietos.
Eternamente el Sol saqueaba la noche primitiva.
Donde lo real era explícito e inexorable,
vigoroso en lo blanco, increíble en lo nítido,
e intacta,
el agua era ajena a la sed.

Entonces ―geométrica― la pupila nos mostró el culto
a las imágenes cortadas en la sien de las horas
y a los cristales grises de la memoria.
Mientras, en ciclo indefinido,
giraba lo inestable en el enigma de los cuerpos.

Tú, el caballo caliente del caos,
de largos ojos desmelenados.

sábado, 18 de enero de 2014

No preguntes por el nombre de la llama

Soy el deseo de lo que deseo ser. Guillermo Pérez Villalba

Yo quiero desnuda la belleza
como una hembra mojada.
Quiero ciertos los días y encarnadas las rosas.
Sentir vivos el semen y la sangre,
como viva se siente la tierra con los muertos.

Yo quiero un humo blanco que vaya borrando las horas
o una pena subterránea con dientes pequeñísimos.
Quiero los caminos perdidos
para reunirlos a todos,
la delicada arcilla de tu voz,
un momento de vuelos, un instante de centros.

Yo quiero transparencias desesperadas,
tus labios jadeantes de una noche fría.
Hay hielos profundos en tus ojos
y una crecida soledad.
Percibo en ellos los minúsculos manes
de la oscura luz que ilumina los olvidos
-rizada entraña empozada de cenizas.

Yo quiero sentir la pedrada del silencio
sobre tu corazón insomne.

Afuera, las ventanas envuelven las estrellas.
Sin residuos el viento se lleva los signos.
Pronuncia ahora aquella orilla de los brazos,
aquel desvío de horizontes
pero no preguntes el nombre de la llama.

sábado, 11 de enero de 2014

Nieve

Memoria. Francesco Clemente
I
Todos deseamos lo mismo,
futuro
descendiendo en la oscuridad de una última espera.

II
En el vientre
de la nada no sólo había nada,
había también una lenta órbita
de dolorosos perros.

III
El dios
nunca desiste de ser hombre,
eso es lo que lo hace insoportable.

IV
En aquella mansión había
cuarto de estar y cuarto de no estar.
Había alcoba de dormir y velatorio de morir.
Había galería y galisombra.

V
Nieve de pensamientos
iban dejando
las horas en su frente.