Albero habitado. Riccardo Schweizer
En lo más insondable de las charcas,
donde lo simple ajusta sus ensayos,
hay un agua fecunda
y un cielo vertical.
Ramos de algas
dejan allí sus jugos esenciales,
y siempre, al anochecer,
se hunde
algún pez transparente.
¿De qué sustancia se construye
el augurio de los mares?
En el sarmiento de la niebla
palpita un vino añejo
doblado
como un pensamiento de humo.
Tú desnudas las lágrimas
y destilas la tinta del amor que perfila los cuerpos.
¿De qué sustancia se construye
el augurio de la carne?
En el sosiego de los cementerios
la penumbra te descompone poco a poco
porque invariable
algún acorde de la muerte
se agarrota continuo en el silencio.
Tu corazón yace pálido como el platino.
¿De qué sustancia se construye
el augurio de una muerte?
Siempre pareces ascender
cuando soy uno en ti
en el más hondo sueño.
¿De qué sustancia se construye
el augurio de una vida?