martes, 5 de enero de 2016

La mujer entrada, la mujer preludio

Desnudo acostado. Modigliani

La mujer entrada, la mujer preludio,
la gran mujer en la revelación del verde tronco,
del triunfo de la piel bañada en la saliva
y en la humareda del sudor.

Ojos y sienes fuertemente sensitivos,
su canto golpeaba el bosque,
vibrando las maderas de repente.
Su tormenta rompía el núcleo;
desviviendo la furia se invadía.
Vertida toda junta
se enamoraba del fulgor de las profundidades.
Los eléctricos dedos mimaban con candor
las flores blancas de los muslos,
la carne ardida a fuego lento.

Acaricié sus pechos
como a dos aves coloradas
o a los geranios de otro mundo,
y fue por eso que la amé
con la esencia que viene de lo otro.

2 comentarios:

Julio dijo...

Ya tuve ocasión de disfrutar y comentarte este poema en los foros Alaire; encontrarlo aquí es renovada ocasión de disfrute, amigo Ferreiro. Enhorabuena.
Salud

Pablo Ibáñez dijo...

Ferreiro,
me gusta mucho este homenaje a la mujer como fundamento, como basamento de lo nuevo.

Un abrazo