lunes, 28 de octubre de 2013

verso virgen II

Fotografía anónima

recuerdo que tocaba el cuerpo del dios
y sus dos columnas de silencio
tocaba el miedo que venía de sus ojos
de un dios que sin pestañear había mirado a los ojos
recuerdo que había mercurio o aceite en sus labios
que hacía que las palabras se deslizasen sin tropiezos
untuosas de significados
un rumor constante de sabor frío y olor a niebla
de carne hervida cansada de tanta paciencia

recuerdo ahora
que hablaba con el borde exterior de las palabras
de una sabiduría trágica a las inercias del destino
un murmullo desgarrado
cuyas trapos se incendiaban
en un presente
que escapaba inasible

cayendo desde un gesto después del rostro
me zambullo en el lodo del tiempo
me desgarro íntimamente
desde la órbita abstracta de un planeta enano
en la falsedad de su impresión onírica
hambre contra hambre
hombre contra hombre
en un encadenamiento urgente y melancólico

y no es bastante un día
ni un año ni un siglo
ni una vida ni una muerte es bastante
no es bastante tu piel enlabiada
como si fuese el puro placer impuro
estar hambriento no es bastante

no es bastante una lágrima como una lágrima
el mar como si fuese el mar

1 comentario:

María Socorro Luis dijo...

ese dios, que nunca responde coherente...

Me parece muy buen poema.

Saludos poéticos