Sirena alada (Urbano Lugrís)
Separamos un sueño estimulante
donde el mar amplifica su vasto anonimato.
Fue un acontecimiento que apuró
una avidez melancólica.
Separamos un sueño delicioso
que era el fundamento del juego,
el del color de las bombillas nocturnas
requebrando las sombras
en la playa plata de luna.
Separamos un sueño conmovedor
que era la trama del cántico,
el de la ambición de los grillos
por colmar los campos eternos,
el del lamento de las fuentes
por el agua extraviada,
el de las calles espesando el eco
de los pasos ya idos.
Separamos la fragancia del sueño,
el de los establos abiertos
al cielo azul.
Sentíamos la lejanía del pensamiento,
su circunstancia inútil por el callado amor.
En cada ojo revelábamos
el charco limpio
de los recuerdos desbordados.
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