lunes, 24 de marzo de 2014

Las páginas del agua

Agua. Gilles Aillaud.

Un relámpago oblicuo
cuya duración era exacta a la memoria;
las páginas de agua de tus años,
la puerta de la vida, la caída a lo visible,
los signos y las cifras, cuáles y cuántos son
los fuegos que se apagan,
lo sombra alzada
en la espuma de la ceniza.

La memoria, las páginas de agua de tus años
como charcos abandonados
que disipan gozo y miseria.
Muero cuando no puedo recordar el aire
difundido a la transparencia,
que de forma a carácter se destruye.

No corazón
sino sus tramos sucediéndose
en el tiempo de la serpiente interminable
ondulando la edad de sus anillos, la emergencia
de entender lo remoto
en el comienzo de un cuchillo o al final de un diámetro.
Lo indecible que envuelve la distancia inmediata
a un semblante cerrado.
Una avidez apresurada
como unos pechos que se llenan.
O la paz del castigo
al sol de todas las batallas.
Luego vendrá el espacio donde todo gira,
esparce y se fecunda
para que la eternidad ciña
tu semblante irreconocible.

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