Autorretrato. Henri Matisse.
Por qué andas buscando entre cristales rotos
preguntas anacrónicas
sobre el destino
o la muerte;
nosotros
siempre tuvimos claro
que un ave
podría generar el cielo.
Cuando tú
todavía apenas no eras,
los astros te habitaban
como bolas de fuego,
escasas de signo viables.
Nosotros navegábamos
lo fabuloso
dentro de tu pecho vacío.
Nosotros somos Corbain
y venimos en nombre de los vivos
porque somos de vida,
porque somos la palabra que sueña
dentro del laberinto interminable
de la división celular.
Nosotros arrancamos las raíces al aire
para que cualquiera consiga descifrarlas;
descifrar por ejemplo:
En la brisa temprana,
se izaban ondulando
horrorosas banderas
como si fuesen
las pieles todavía frescas
de hombres
recién asesinados.
Nosotros nunca compartimos
los gatos categóricos y los tiburones automáticos;
siempre deseamos
hombres de muertes diminutas
y de orden más libre;
un orden inestable
inmediato al desorden creativo.
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