El filósofo. Jesús Guerrero Galván.
Salamandra
te abres como una herida
hablas como una fuente.
Octavio Paz
Sal de madre. Salamandra.
Cuando marchó, la tarde vacilaba
en los ensimismados ventanales.
En su espalda lejana
cicatrizaban
todas las llagas de la ausencia.
Respiro y sueño
el sueño giratorio
del cuerpo coronado, multiplicador
de la lluvia en su piel sudada.
Sal de madre. Salamandra.
Pan de tierra y ceniza
-los cereales de la carne.
Caderas del mar. Pechos altos, llenos,
espesos de espuma solar.
Mil bocas diminutas
tenían las orillas de sus pezones.
Sal de madre. Salamandra.
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