jueves, 22 de septiembre de 2011

Con todo el amor esperando


Habitaciones junto al mar. Edward Hopper

Muchas veces pasó
la vida
sin fama ni avidez,
como automóviles quietos sobre aceras relucientes,
como el rumor de fondo de labios
que aniquila la trama de un sueño,
la luna detrás de la voz
apenas una sábana de miedo.

Hay alguien que contempla,
enardecido, tu envejecimiento,
con la sublime intensidad
de la brasa de un cigarrillo
en la más lóbrega de las estancias,
un fulgor que esparce todo a lo lejos,
casi sin publicar.
Os juro que he permanecido indistinto sobre las olas
con todo el amor esperando
¡qué llantos tan largos y nítidos son las horas marinas!
la lealtad del ojo evalúa la mole de la espuma
a una cierta hora del día, siempre distinta siempre la misma,
como si se abriese durante un solo segundo
la puerta del vacío
llevándose las imágenes de un cuerpo ahogado.


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