lunes, 17 de octubre de 2011

Hacia el tiempo de Ulises


Aparición. Javier Clavo.

Recuerda el ruido del viento
en el inmenso espacio
de aquellos mundos microscópicos.
Veíamos inmóviles ―colmadas las sienes de música―
lentamente vibrar aquella luz
ardiendo en las raíces
—el bosque inscrito en su ascensión de agua―
mientras, la frente de los pinos
sudaba absorta devorando el aire.
Quizá el vacío sueñe
en la marea azul que mueve el cosmos
volver abrasado despacio,
moribundo crecido en ti.
La exención de mis ojos
no espera la negrura de otro ser,
su osamenta de arena, su tiempo de salitre.
Se colma en esta vida mi pupila.

Y como aquellos montes,
sentir arder las crepitadas carnes
adentro de los huesos,
muy atrás de los años,
en el pulso excitado,
en la piedra perpetua de las horas,
hacia el tiempo de Ulises;

el continuo retorno de la sangre
que se ciñe a la piel arrostrando a los dioses,
―la injuria de sus límites.

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