Sing Sorrow. Ben Shahn
del dolor
Del dolor que pesa
de tanta claridad encima;
de dolor como el lento deambular de los metales,
esa polea o rueda que se invierte
en las formas pulsadas de la locura;
del dolor perpetuo y constante
como los muros secos de los conventos;
la lágrima del corazón,
magnífica, resbala firme,
casi sólida, casi dulce,
como un caracol transparente.
de la espada
De la espada que es descubierta en el aire
como un cristal fortuito
que vierte sangre fresca
de congeladas noches
lejanas, muy lejanas,
ya dentro del olvido;
noches moviéndose hacia atrás,
vivas de tanto miedo al Sol.
de las piedras
De las piedras distorsionadas
en un desierto palpitante y obsesionado por la vida,
que chillan
el silencio circundante,
con llanto o fuego íntimo.
de las abejas
De las abejas hechas con alas rotas,
sensibles solo a las substancias de la tarde;
insectos penetrantes,
más penetrantes que un ojo directo,
insectos que guardan el oro de la luz,
toda su provisión de seres polvorientos.
de las horas
De la hora, la primera, precedida
por el día no por la noche,
acumulada quieta
sobre los huesos de un mamut congelado.
De la hora con actitud de pájaro o de sueño.
De la hora capaz de descansar
para siempre,
cerrando sus números tibios;
una hora que será
la grieta
por donde yo me escape
con todos mis paréntesis de nieve.
1 comentario:
Estupendas Naturalezas Vivas. Me quedo con "de las abejas"
Salud.
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