lunes, 6 de febrero de 2012

Al ritmo de una máquina exterminadora


City from Greenwiich Village. John Sloan.

Puedo sentir
esta araña de luces en el tiempo,
y el fuerte resplandor de la consciencia.

Puedo sentir como, sobre aquel muro,
se irradia un lago cósmico;
toda la noche junta
toma asiento en uno de sus flancos.
Un clamor de cruces negras ha derrumbado el día.

Acecha una penumbra
tras las ventanas,
la lluvia se amedrenta
y se imponen también
las sentencias vacías de la calle,
siempre con ese rastro
a puertas desconchadas.

Tienes que aguardar una altura
más respetable,
y desaparecer
en las horas en que la noche
se vuelve más incoherente,
cuando los astros sueñan
introducidos en campanas inabarcables.

Sí, tienes que aguardar
una noche que incluya los orígenes
de un alzamiento más irrebatible,
una catedral silvestre
levantada impecable
con piedra encandecido.


Ayer noche escribía estos versos,
al ritmo de una máquina exterminadora.

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