La cercana pubertad o Las Pléyades. Max Ernst
El último momento, el del último amante.
El vencimiento de los mares.
La derrota
inútil
de la pena.
El río desespera en su quietud,
cuando vuelvo es la misma agua
la que fructifica mi sed.
A ti y a mí, nos extravía una respiración
como un camino que se pierde a lo lejos,
la curva de un puñal
en un domingo por la tarde;
paisajes de llagas, de nervios,
de cerebros que olvidan.
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