sábado, 19 de noviembre de 2011

Geologías

Detalle de una erupción volcánica

Los continentes yacen de espaldas a nosotros,
su acontecer se agita en las profundidades.

Desde la claror
que lentamente deja la calima
cuando desaparece sobre el mar,

contemplo
esos toscos relieves de bisonte
que parecen fundar
el sueño milenario que el planeta revive,
los enigmas de piedra
que cifran en sus armazones

un relato esencial.

También veo agrietarse la montaña;
su sangre es una ofrenda,
un ígneo disfraz para curtir el rostro;

sus lágrimas son brasa
de ojos inflamados
que ven durante un parpadeo
para luego cegarse...
y morir.

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