viernes, 25 de noviembre de 2011

Me llega fulminante aquel puñal



Beso Pajizo. Darío Villalva

Ha huido el tiempo sobre aquel relámpago:
el de tocarte con los dedos los labios.
Más tarde, en la fatiga,
advertimos la línea velada del espíritu.

Este existir agónico de la bomba del pecho.
Este frágil motor.
Un ruido tras otro en la caverna roja.
Movimientos, trasporte de fluidos,
permuta de nutrientes…
desechos metabólicos a combustión muy tibia.
Tengo ilusión en estos balbuceos
y en esas cosas de la sangre,
pero se extinguirá al fin
la dulzura del fruto que ocupa todo el pecho.
Germinarán otros aromas
Oscilará el oxígeno en otros alveolos.
La llave de la sed otra agua.

Dejamos la inexistencia sin memoria
y entramos de nuevo a ella hacia el olvido.

Me llega fulminante aquel puñal.

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