sábado, 27 de febrero de 2016

Separamos un sueño

Sirena alada (Urbano Lugrís)

Separamos un sueño estimulante
donde el mar amplifica su vasto anonimato.
Fue un acontecimiento que apuró
una avidez melancólica.

Separamos un sueño delicioso
que era el fundamento del juego,
el del color de las bombillas nocturnas
requebrando las sombras
en la playa plata de luna.

Separamos un sueño conmovedor
que era la trama del cántico,
el de la ambición de los grillos
por colmar los campos eternos,
el del lamento de las fuentes
por el agua extraviada,
el de las calles espesando el eco
de los pasos ya idos.

Separamos la fragancia del sueño,
el de los establos abiertos
al cielo azul.
Sentíamos la lejanía del pensamiento,
su circunstancia inútil por el callado amor.
En cada ojo revelábamos
el charco limpio
de los recuerdos desbordados.

lunes, 1 de febrero de 2016

¿Recuerdas, Claire?




Fotos de Diego López


¿Recuerdas, Claire,
las garcetas picoteando el fango
en las marismas de Baldaio?
Tenían deslumbrantes gemas en los ojos.
Parecían un templo de blancura,
desequilibrando el vigor
con las desordenadas patas.

Los pájaros adquieren una voz
y una edad insondable, difícil de ubicar.
Su rebelión nunca enmudece,
y si no, acércate
siente cómo navegan en el aire
con todo su velamen desplegado,
comprueba que además del consuelo de su paso,
es impaciente la demora del regreso.

Y nunca olvides, Claire,
que en mí también,
como en los pájaros,
nada será infundado,

porque una vez desnudada la tierra
también se mudarán las rejas de mis huesos;
que ya fuera de mí, en ignoradas piedras,
me extenderé a tu lado,
en cualquier ruido de luz
o sombra,
en cualquier capilar de savia
o sangre,

porque a ti pertenecen
el linaje solar de la dulzura,
la distancia del oro respirado a la tarde,
los gallos de la madrugada,
y algo nocturno, todavía innombrado,
que tiembla en la flor de tu piel.

Porque incluso a ti pertenece la hartura del olvido,
ese universo en expansión
siempre a punto de recordar.