viernes, 28 de diciembre de 2012

Corazóns sen moita vida

Rocío Iznardo. Amanecer

Tan esmorecidos
aqueles corazóns sen moita vida,
e con amencer leitoso, chairo, sen sombra;
estragábanse sen laios
como se fosen un naufraxio novo.
Sobre a estacada, quedos,
un lagarto, as meleiras e a herba azul.

Escribir agora
sobre a luz abraiada daquel día
é como durmir un sono branquísimo,
puro ata a cegueira.


Versión en castellano:
Corazones sin mucha vida

Tan desvanecidos
aquellos corazones sin mucha vida
y con amanecer lechoso, liso, sin sombra;
se destruían sin quejas
como si fueran un naufragio joven.
Sobre la empalizada, quietos,
un lagarto, las madreselvas y la hierba azul.

Escribir ahora
sobre la luz cegadora de aquel día
es como dormir un sueño blanquísimo,
puro hasta la ceguera

Tentou o iatagán

Metamorfosis I. Xaime Quessada

Tentou o iatagán unha ferida perfecta
como procuran as follas ceibes do lume,
sangue do fado que fecunda a maraxe
e o afán converte en tremor
nunha antese
alumada na sombra.

Así entran
os materias do sono,
para que todo pareza consumado
nos corposque irrompen no azul ciscado,
ao oficio dos clamores vitoriosos,
onde, dirimente, o paxaro
fende as sirgas do vento.


Versión en castellano:
Tentó el puñal

Tentó el puñal una herida perfecta
como intentan las hojas libres del fuego,
sangre del azar que fecunda la brisa
y el deseo convierte en temblor
en una floración
iluminada en la sombra.

Así entran
las materias del sueño
para que todo parezca consumado
en los cuerpos que irrumpen en el azul disperso,
al oficio de los clamores victoriosos,
donde, definitivo, el pájaro
rompe las redes del viento.

Onde repousa o devezo

Desnudo femenino visto desde atrás. Delacroix

Onde repousa o devezo como un arcano
que endexamais se rende
porque sempre foi leria.

Canto persistirá este sono de augas arredadas?
Rememorar un rostro amado, agora impenetrable
porque xa foi aquel corpo
intimo como un selo de existencia.

Datas lutuosas incumpridas,
sen termo buscándome.
A súa lembranza
será teimuda
porque ata o fin evoca a pedra
os seus xestos fósiles.


Versión en castellano

Donde yace el afán como un arcano
que nunca se rinde
porque siempre fue artificio.

Cuánto durará este sueño de aguas lejanas.
Recordar un rostro amado, ahora impenetrable,
porque ya fue aquel cuerpo
íntimo como un sello de existencia.

Fechas luctuosas incumplidas,
sin término buscándome.
Su memoria
será obsesiva
porque hasta el final evoca la piedra
sus gestos fósiles.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Na esvaída rede do visible

Impresión á saída do Sol. Monet.

Quedou atrapado
hermético
na esvaída rede do visible,
nunha esgurra moura de luz
moi vella.

Desertados vertedoiros,
varandas da tenrura
alumando
os seus cadáveres en movemento.


Versión en castellano
Na esvaída rede do visible

En la difuminada red de lo visible
Quedó atrapado
hermético
en la difuminada red de lo visible
en una arruga obscura de luz
muy vieja

Desertados vertederos
galerías de la ternura
iluminando
sus cadáveres en movimiento.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Todos somos Corbain


Alrededor de la mesa. Henri Fantin-Latour.

Por qué andas buscando entre cristales rotos
preguntas anacrónicas
sobre el destino
o la muerte;
nosotros
siempre tuvimos claro
que un ave
podría generar el cielo.

Nosotros somos Corbain
y venimos en nombre de los vivos
porque somos de vida,
porque somos la palabra que sueña
dentro del laberinto interminable
de la división celular.

Cuando tú
todavía apenas no eras,
ya navegaba lo maravilloso
dentro de tu pecho vacío;
los astros te habitaban
como bolas de fuego, escasas de signos viables.

Nosotros, mientras tanto,
arrancábamos raíces al aire
para que cualquiera pudiese descifrarlas;

descifrar por ejemplo:

"En la brisa temprana,
se izaban ondulando
horrorosas banderas
como si fuesen
las pieles todavía frescas
de hombres
recién asesinados"

Nosotros nunca compartimos
los gatos categóricos y los tiburones automáticos;
siempre deseamos
hombres de muertes diminutas
y de orden más libre;
un orden inestable
inmediato al desorden creativo.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Casi nunca, lo extraordinario

Antitrite. Salvador Dalí

Casi nunca, lo extraordinario
acontece por simple peripecia:
Alguien, deliberadamente,
ha roto una costura del infinito,
una grieta que empieza a gotear irrealidad
justo a la orilla de tus pies,
por eso hoy la tarde hace ruido,
el mar se vuelve espera
y sentimos en sus manos
maestras, la deriva de los continentes,
su insospechada y prehistórica experiencia;
en su absorto latido
muestra el tiempo su flor de aguas
con todos sus navíos y naufragios.

Las horas se acreditan lentas
girando
sus llaves aceitosas,
abriendo los cuerpos de seres que se elevan
en un azar de anonimato.

Nadie puede entender la repentina claridad
ni el inquietante proceder de lo nuevo.
Parece el Sol agrandarse
por un deseo de invocación
como si fuésemos
un retorno de luz hacia sus fuentes.

¡La escoria humana espuma el aire!
¿Qué es si no esa nieve espontánea
que rompe crujiente contra la hierba?

En dos almas enigmáticas
como cristales solitarios,
alguien susurra con impetuosa vehemencia:
−Mírame, siénteme
con esos ojos tuyos, derribados y antárticos.

domingo, 23 de septiembre de 2012

El tedio


City roofs (Edward Hooper)

Se despertaba muy lentamente
cuando la noche aún semejaba un gigante dormido.
Después, entornaba los párpados permitiendo la vida
y esas nubes triviales
que enfrían la mañana,
como una procesión de piedras pronunciadas con elegancia,
como ese primitivo amor a la unidad
en su imagen más pura,
aquel que en sus manos sostiene
todo el peso del tedio.

Leía libros con sabor a humus
… a tierra.
Las palabras se reflejaban en un vuelo sin despedidas;
se silenciaban a la vez, ensimismadas.

El ojo inmóvil implorando amor,
convaleciente y vírico,
referido a un recelo esencial y provocador,
agrio como el pulmón de un espejismo,
flemático como un desierto
con sus camellos secos.

El pozo, el gran pozo y el retroceso a la desolación,
al color de los ciegos,
al agua seca de los espacios siderales.

Seis toneladas de pensamientos
no alimentarán ni una sola idea de la muerte,
ni una sola idea de la inmensidad vacía de un cadáver.

¡Dios, qué inocente y simple es la muerte!
Es como un pájaro que de repente desciende sobre un charco,
bebe en dos picotazos rápidos
y luego se dispersa anónimo en la gran migración.

sábado, 22 de septiembre de 2012

La infección de los hierros

Carcase of Meat and Bird of Prey. Francis Bacon

La edad nos harta,
pura en su indiferencia

−Mírame con tu herniado ojo
de distorsionado fulgor
¡qué largas son las aguas que exceden su gemido!

Pero siempre me quedará l
un insomne placer a seguir ardiendo.
Me quedará el peligro, toda la incertidumbre.
Me quedarán
los puntos que se evaden al rozar de los pasos,
el brillo de los peces en los mares nocturnos.

Bésame con tu labio húmedo
y que venga tarde el silencio,
cabal como un cuchillo.
Mi carne no recelará
la infección de los hierros.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

El miedo de Corbain


Toda certeza y persuasión cedieron
ante aquel óxido del tiempo.
Era un otoño barnizado
que ya no lamentaba la muerte del estío.
Renqueando irrumpió una luz cansada
con todo el viento amontonado adentro de la casa.
Inquietantes
se excitaron las mesas y las sillas,
los hierros y los mármoles,
alimentando una ansiedad como vivida en una brasa.

Corbain no pudo predecir el miedo de las manos.
Un frío de glaciar
recorría su cuerpo cuarteando la carne.
Tenía barro en la mirada,
y su densa humedad
acababa por delatar aquellos ojos grandes.

Como esa lasitud
que siempre se diluye en la calima,
así iban cobrando su extensión
todas las cosas que había perdido.
Apretó el cuerpo
contra la esquina más oscura
y mirando el rectángulo brillante de la puerta
dijo:
ahí viene a buscarme el mundo.

sábado, 15 de septiembre de 2012

La lluvia arde

Playa. Joaquín Sorolla

Has de recoger la cosecha
de la nostalgia, y tendrás
de consumirla lentamente,
como las piedras se consumen en el río
o las mareas en la sombra.
La lluvia arde
cuando lo desterrado regresa del olvido.
La pluralidad del agua es renacimiento;
pequeños gérmenes
que se revuelven llenos de salitre
en playas gigantescas −ese espacio brutal
donde se postran
y mueren los relámpagos.

Todo se urde desde
un universo en vilo;
la destrucción se expande
como una ciudad sin límites.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Recoge al hombre caído

Partida de los más jóvenes hacia la guerra. Peter August Böckstiegel.

Recoge al hombre caído,
rígido
o enloquecido,
cuando sus ojos prolonguen un vértigo rojo.

Comienza a amarlo
sin publicar apenas
sus articulaciones,
tal como un ángel
en las quimeras de una mariposa nocturna.

Arrópalo desnudo
con una camisa ligera,
cuélgalo en un perchero dentro de un armario vacío
y sostendrás la carne de la ausencia.

Una fibra última
palpitando en los labios,
será su palabra final;
el signo que los dioses
todavía frecuentan
en la sangre reseca de las ruinas.

viernes, 10 de agosto de 2012

En el jardín de la casa de Pilatos

Jardín de la casa de Pilatos

En Sevilla, a la cuatro de la tarde,
cuatro soles hambrientos retumbaban
despeñándose rojos por los montes;
agrandaba el jardín ante la sangre,
la umbría deliraba sed de tiempo
y la tarde expandía su demora.

El profano marfil de las efigies
vaporizaba el sueño de la luz.
Se glorificó el verde más errático
y fue polvo inmolado en los insectos.
Derramaban los muros en los llantos
amarguras disueltas en la fuente.
El catarro del grifo se hizo ronco;
los peces se atoraban en el agua.
Los paseos trotados en la niebla
y telarañas sucias de horas canas
revestían veredas y parterres.

Mientras ella dormía en un banquillo,
una lúbrica esencia despertó
y extendió su designio, confundida
con los acalorados balbuceos
de los ramajes en la hora cumbre.
Un benéfico augurio de palomas
ceñía la dulzura de sus pechos.
Sus piernas, en dos cuerpos taciturnos,
sutiles, presentían descarnadas.
Una angustia empedraba sus delicias
―cárdena y confundida cruz remota.
Una nevada de ámbar anegó
su vientre ―sensorial como la nube
exaltada de sexo cuando amó
bajo el Sol de Castilla ―años atrás.
Entre los muslos rubios mis dos manos;
un cárdeno pudor ―febril urgencia
subía su columna vertebral
como un columpio roto con chiquillo
adentro que se eleva disparado
esparciendo virutas en el cielo.
Todo el aire restante se partía
provocando extensiones de su cuerpo.
―su yo sería más que el yo de ella,
con el yo de otros más: mármol divino,
pájaros detenidos, hojas muertas…
sería soledad con azotea
interior que aglutina tanta gente
como las espesuras tragan luz.

Tibias, prestas, sus manos minerales,
por el ópalo rosa de un nudillo,
se dislocaba su alma; como espada
se hundía en la espesura del silencio,
en la matriz vacía de los vidrios,
que ―cual madre cabal― toda se colma
de manantiales lácteos; sustento
proteico en lo profundo del instante.

miércoles, 25 de julio de 2012

A dónde he ido yo

La carreta voladora. Marc Chagall


Desde las máquinas o los gigantes
ladera abajo vierto,
en una pincelada roja,
la sangre distraída,
las colmadas riberas,
las lágrimas,
sus más hermosas crines.

Desde allí arrastraré la lluvia
precipitando sus brillantes pérgolas.
Ensancharé los créditos del cielo,
los *trueles errabundos sobre aquel despojo de nubes,
sus alvéolos atrapando todo el aire de los espejos.

Libraré a los insectos con sus sedas de vivaces crisálidas.
de élitros multiplicados y animosos.
Desde las más altas coronas
pronunciaré los términos del agua,
las voces que los hombres no revelan.

Sumergiré la desaparición.
Serán puros los ritos, infinita la luz.
Son los ojos sus sacerdotes.
La celebran, la sacralizan,
la mitifican.

Y tú, no llores más,
ya el amor es un polvo blanquísimo
que se extiende lentamente
por las cánulas de las manos.
Aproxímate a mí mientras franqueo la frontera diurna.
Sobre una tierra antigua continúo buscando
a dónde he ido yo todo el resto del sueño.

*truel (en galego).- Arte de pesca que consiste en un aro con una red en forma de saco, atado a un mango largo

domingo, 22 de julio de 2012

En el laberinto

The Making of a Fresco Showing the Building of a City. Diego Rivera

Hoy la luz del crepúsculo ha embrujado tus ojos
—Entra en el laberinto,
sumérgete en el caldo de las horas.
El juego de la sombra ya se mueve.
Habrá misterios, manos imprevistas.
Habrá vino, habrá sangre, mucha sangre.
Habrá cantos, imágenes posibles.
Habrá sexo. También tendremos mar.

Hablo del tiempo del caballo,
de la omisión vertiginosa,
de dioses en oscuros trípodes
y tactos cristalinos.
Perpetuamente el barro
arropará tus huesos jóvenes.
Aquí el aire es madera que arde y pasa;
ceniza ciega al sol... tiniebla,
la sombra desollada y su ala oscura;
puños con paso prieto y cielo clausurado;
plenitud de los sueños, condena prohibida.

¿Gozarías naciendo
en un abrir y cerrar de ojos?
Los adeptos al mar siempre dicen adiós.
Van navegando
con sus crateras llenas de salitre,
con sus relojes locos,
ciñendo los relámpagos
y la velocidad de su elegancia,
sobre todo su acorde de luz nítida;
con el oído hecho música;
el tacto, mano,
sabor;
y el ojo, Venus,
el cuerpo interminable,
olor

miércoles, 11 de julio de 2012

Cuándo será el día del sacrificio

People in the sun. Edward Hooper

Hay trampas de realidad que no pueden cuajarse:
por ejemplo: Trae la aurora el blanco universal,
la madurez del entusiasmo y la esperanza concluida,
todo gravemente preciso;
y se lleva la noche un animal voluptuoso,
la sinfonía
de lo que viene vaheando en los sueños.

Pero hay recorridos, profundas interioridades
donde la sangre
se ciñe definida, calando el cielo del espejo.
Algo así como cuando cae la estrella de la muerte
y la jornada vierte la luz de sus prostíbulos.
Es así la acerada médula de la congoja.
Es como un humo que socava el aire y acrecienta lo ilimitado.
Es la ruina triunfante bajo la hechicería de las flores;
sus seductores pétalos retuercen la imaginación
mientras el aroma se coagula al sol de medianoche.

Es el mar quien concibe a todos los navíos.
Pero es el hierro de los vientos
el que abre la espiral de los naufragios.
¿Cuándo será el día del sacrificio?
¿Hasta qué lugar llega la sombra?

miércoles, 13 de junio de 2012

Llamo a los amantes

Embrace lovers II. Egon Schiele.

“Llamo a los amantes”
Rene Chair

Emplazo a los amantes,
a su rumor de mechas o de solícitas coronas.

Abre los frutos.
Interpela el relámpago
que ilumina el murmullo de las sienes.
Anégate en los cueros
y en el labio extendido
cercando la ribera de la carne.

Te pretendo en la cima,
en la raya de tiempo
donde la luz se agranda
y el polvo se dispersa.

jueves, 7 de junio de 2012

Sabe la tierra a mi abstracción



Segunda versión del tríptico 1944. Francis Bacon.

“Nada está más vivo, ni más presente, que el peso de la ausencia.
Lo que nunca regresa ya vive para siempre"
Sara Castelar

Tengo un centro sonámbulo que sabe a tierra.
Sabe la tierra a mi abstracción
—una costumbre del origen, siempre fértil;
la vereda donde la luna aplaza el luto
y se derrama el cosmos como una lluvia adolescente,
donde mar y piedra se abren a una espiral de manos suplicantes
— furioso mar diurno, de sangre imprescindible.

De repente, alguien se va
¿Quién reclama el respaldo de su costado interminable?
El ojo de la ausencia ocupa una distancia inmóvil
cuando la inteligencia deletrea todas sus plumas ciegas,
cuando la melodía de su ave inquieta
enreda el aire y extingue el vuelo,
solitaria se agarra al precipicio
deteniéndose en equilibrio sobre sus grietas.

¿Y qué es el otro lado,
la irrupción repentina
del otro lado?
Sólo memoria en distorsión.
Es un hocico grande que se dilata tumescente.
La carne de mi padre
que el tiempo descuartiza.

La primera atadura del fuego con la ausencia
concibe todo el peso de los símbolos,
su íntima constancia en el deseo.
Hay cifras que limitan y ciudades en destrucción.

martes, 5 de junio de 2012

Astillas de diamante



Muerte y vida. Gustave Klimt

Hoy quiero hablaros de mi padre.
De la sangre inerte desbocada en la tierra.
De la pérdida
y su disposición agónica.

Hoy habito en la pena que brilla como un cuchillo en la sombra.
Es inútil la ira.

Existió en un trance de luz que nos imantó desde el Sol;
ahí, en esa fiebre sonámbula, ocurrió todo:
su espacio absoluto, su tiempo reinventado.
La vida fue su única intención,
un acierto que ahora es visible; la memoria la reconstruye,
pero hierve su herida
porque antes de llegar o después de la luz no hay nada,
ni olvido será, porque nadie habrá para olvidar.

Enmudeció. Se abrió una flor entre sus pómulos;
irrumpió una fragancia a tiniebla purificada.
Parecía sentir un rescoldo revuelto
su corazón;
en su última llama me envolvía
mientras los números del agua bajaban a sus sienes.

Tengo su sangre. Tengo sus manos en mi manos.
Tengo la mudez de la tierra
donde persiste el fruto inerte, sin especie
—la insignia deslumbrante de las llagas:
astillas de diamante, el hielo del dolor.

Mirad el tiempo y detened el río.

lunes, 4 de junio de 2012

Sepulcro vivaz

Dánae. Pablo Picasso

En un campo barrido por el aura dorada,
la memoria descansa en órbita oscilante.
Es el Sol una espada hundida en el semblante,
sed de un filtro letal en vasija sagrada.

Un temporal de imágenes se eleva en barricada;
una escoria ruidosa —peregrina ambulante—,
fulgor que el viento inflama. Es la hora palpitante
y la distancia prófuga, en ímpetu arrastrada;

estridencia ocular de sombras a la gloria,
afán de sueño indómito y arrebato fugaz
—espectro transitorio que excita su martirio.

En silencio te aguardo, quimérica memoria.
Eres la flor que asoma al sepulcro vivaz
―hechizo voluptuoso de ignominia y delirio.

Un esqueleto perfumado

Los cuatro habitantes de Mexico. Frida Kahlo

¿Se olfatea un diamante?
¿Se prescribe un clavel?

Danza la vibración de un sacrificio arácnido en la artimaña de tu lecho.
Lame con tu lengua astronómica el plumaje de las estrellas.
Su explosión es coraje de lo oscuro,
la hechicería de un esqueleto balsámico.

Ponle una zancadilla al tiempo,
a su instrumento de agujero flojo,
a su quietud endurecida,
hasta que seas el oxígeno hipado por un ave salvaje
o la estridencia de un golpe brutal
Sé tierra única.
Sé una invención del día
para excederlo.

Sí, fui la sombra que se desencajó allá arriba
en lo pétreo del cielo,
para ir naciendo sáfico tras la sorpresa de la carne.

…échate fuera de esto,
sobre la tierra,
gozoso.

lunes, 28 de mayo de 2012

3 estancias

Puesta de Sol en Ivry. Jean-Baptiste Armand Guillaumin

I
Entre la niebla,
estaba la hojarasca de tus ojos
y en tus labios se deslizaban
los simulacros del lenguaje.
Te alejabas al fondo de la luz
hasta quedar gris como un remolino de polvo.
Después, yo inventaba el amor
como el atardecer inventa insectos.

II
Nombra las cosas,
cólmalas de un principio.
Nombra los grandes fuegos del jardín,
las maderas inmóviles del río,
el aire líquido que arrastra el viento del porvenir,
el desesperado resuello de mis pulmones,
y el pozo desde donde asciendo
hacia la transparencia del sentir.

III
Todo el invierno en el centro vivo de la sombra,
como el maíz dormido en la luz del pasado.
El sol es un escombro,
la escoria que borra los pasos
a medida que el mundo cicatriza las llagas.
El pan de las verdades se ha hecho migas,
migas duras que ya no son pan.
Habrá que cocer otra realidad.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Las materias del ritmo


Ritmo y armonía. Nicolás de Lekuona

Acaricio la hoguera de tu cuerpo,
y muy adentro
del vientre embarazado
siento cercanos
los mares primigenios.

Mientras los cromosomas se dividen,
se siente una voz en susurro:

―nosotros
somos los dioses.

La latitud nublada de las aguas
amortigua el clamor
y la vida se extiende
como una gran marea que arrastra
―sumisa y lúcida―
un rocío de círculos disímiles
―sueños de la retina, visiones en el amnios.

Una gran ala acoge a todos los misterios
en la proximidad de una distancia atroz y melancólica:
los nichos de la luz
donde vierten las brasas jóvenes.

Yo sé
que en ese ojo de las formas
laten encandecidas
las materias del ritmo.

martes, 15 de mayo de 2012

Un león de oro

El rapto de Europa. Óscar Domínguez.

Sentí la cérvix del dolor
en su relincho a potro desollado;
el cuero de su corazón transubstanció mis hígados.

Luego acaricié un león de oro.
Restregué su melena
rugiendo la frescura de la noche.
Me dilaté en su largo sueño,
en su fragancia a espíritu solar.
Palpité en su piel rubia
y en su hermética sangre;
en su tiniebla de violencia
y de profunda lágrima.

Me incorporé a la vida,
a su estafa sin tregua.

viernes, 11 de mayo de 2012

La ciudad deletreada al fondo de la inquietud

Y desde el aire siento la cuadriculada emoción de mi ciudad.
Buenos Aires abajo, deletreada en la luz,
Cantada por los monótonos motores del avión"
de "VISTA AÉREA" (Marcos Ricardo Barnatán)


La ciudad
deletreada al fondo de la inquietud
como un monótono resplandor,

algo más que una vida o que un naufragio
sin un dolor al que aferrarse
y arder en un momento
suspendido
como en una pira funeraria.

Así es como germinó aquel impulso,
el tesoro de muchos años sin dueño.
Surgió de la contemplación arrodillada de las calles,
de las largas miradas calientes como disparos que intuyen la pureza,
cuya percepción era un giro que perdía el blanco,
musitando la transformación de lo visible,
la ofrenda de un paisaje limitado,
un corazón de agua fría;
para mí, un hermosísimo fuego
ya ido,
una llama sola que arde oscura.

La ciudad engendró el sexo de oro,
los instantes sometidos a placeres impensables.
Casi todo estaba ahí,
incluso la vil certidumbre de los estrategas.

Pero maldices porque todavía estás a la espera,
porque aún queda alguna vibración de perdedores,
algunas piedras en la memoria del origen
y quedan también algunas preguntas.

De boca en boca,
los rótulos salvajes de la inmensidad
¿De qué animal presentido
eres tú la perpetua imagen?

domingo, 6 de mayo de 2012

No quiero la tierra consagrada

La vasta noche. Eduardo Úrculo

En la frontera de tu respiración
se hienden
las delicadas cimas del aire,
el altar
del primer pájaro nevado.
Yo aproximo el aliento avanzando la boca,
abriéndose a otro aliento más puro.
Pero no quiero
la tierra consagrada, la quiero profanada
por tus líquenes rojos y por tus pies ligeros.

El día deja huellas blancas en tu frente,
las hojas
de un tiempo todavía vivo,
lo que no cesa y las palabras buscan.
¿Cómo beber
el aceite del rostro que se asombra a mi lado,
que clarea y despunta,
anegados los párpados de memoria excesiva?
¿Cómo llegar
a las islas de la intemperie
donde las aguas dan forma a los sueños?

Olvídame,
fulgor de la cegada orilla,
tráeme el recuerdo,
o la forma de aquella idea
dormida en un muchacho.
Yo sólo tengo la memoria del destierro;
me es inasible la memoria de los otros.
Pero muchas veces
palpamos frutos delicados,
alas que apenas nos rozan,
accedemos sin temor a los más recónditos abismos,
donde ningún dios es capaz de contener a un solo hombre.

lunes, 23 de abril de 2012

A la mentira

Sueño de la mentira y la inconstancia. Francisco de Goya y Lucientes

Mueres sin nadie y nada de ti,
harta de entendimientos,
pero regresas en cualquier inquietud desmoronada,
a cualquier momento improvisado
desde los remotos crímenes de la historia.
Regresas y te vivificas
en la conspiración de los hipócritas,
en los que escriben con murmullos fosforescentes
de la sensual carne de sus piernas
y de los corazones de alambre de los santos,
de su exagerada pasión, siempre bulliciosa de motores.
Te reconstruyes real
en la estatua que brota desde unos pies que deliran.
Te nutres en los árboles ahítos
de aire eléctrico con apariencia de aves.

Pero bueno…
siempre debemos recordar
que todo es simulacro, que nada importa,
que la luz apenas nos piensa,
que los desiertos siempre se abren
a la dispersión del azul
y a una arena vacía despojada de huesos.
Siempre debemos recordar que todas
las formas de la noche viven
porque los astros sueñan.

viernes, 20 de abril de 2012

El nombre devorado


Guernica. Picasso.

Un nombre devorado, fugitivo y oscuro
me deshabita.
No es nada
sino nadie
que en todas las salidas me detiene;
inercia que me da casi el sentido
de las manos huidas, de la carne de piedra,
de la sangre de piedra y fiebre disipada;
ternura y semblante partidos
de la tierra partida por la guerra.

Un ala quemada es este silencio sobre la piel.
Un ala que no es pena
porque ya es polvo o aceite errático,
turbio como el veneno;
túnel donde se endurecen los ojos
como planetas apagados,
facciones sin memoria.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El tacto del origen

The red studio. Matisse

Muy despacio, la piel
se desprende de aquellos hálitos;
turbando, floreciendo
el tiempo de su leve aire;
ebrios los ojos de memoria;
ciegos de tanta luz precaria,
tan imposible pálpito.

Por qué el frustrado cauce,
la zozobra de nunca ser;
tacto extinguido ya
en la templada sombra del origen.

martes, 13 de marzo de 2012

En el eje del ritmo

On the Seine at Bennecourt. Claude Monet.

En el eje del ritmo está la pausa
como un vacío postergado,
como una piedra que se sacia
cabal a su instante compacto,

…la piedra,

el agua detenida

o el beso
que ya es el labio.

Sin nostalgia transcurre la noche,
como charcos dormidos
en el rojo de los claveles.
Las aguas bajo el puente
van esbozando la ciudad;
aguas sin el ruido
del reflejo que muere.

La transparencia de una hora
es el espacio que ella ocupa.
¡Cómo se abraza el miedo
donde el cuerpo se agrupa!
¡Cómo estrecha el morir
este silencio callado!,
las lentas pausas
que la memoria agranda.

Sé la arena bruñida de un momento
o el acaso de su blasfemia,
que el ritmo que rubricas
sea el insomnio de tu regreso.

domingo, 4 de marzo de 2012

Hubo una época de apasionados héroes


Tombs of Ancient Heroes. Caspar David Friedrich

¡Oh dioses! ¡De qué modo culpan los mortales a los númenes!
Dicen que las cosas malas les vienen de nosotros,
y son ellos quienes se atraen con sus locuras infortunios
no decretados por el destino."
Homero "Odisea"

¿Qué significa el tiempo
a tientas,
la rencorosa carne vengativa,
el ojo largo
dentro del sopor?

Los hombres buscan dioses,
minúsculos y grandes redentores.
Demandan
desesperadamente vida
en un desfallecido vértigo
de miseria.

Es preciso
una llama para la historia
y una grieta para la fuga,
ese engranaje que se abre
a lo inverosímil.

Y yo quiero ofrecerlo todo
con voces excesivas,
con un perfil
de infalibles resquicios.
Tomar la valentía como una escala sin peldaños.
Hechos pedazos ver tus ojos
de cerca.
Que el trance de cruzarlos
no sea sino la luz misma;
la imagen que se forja más allá de los tiempos;
en el venero inagotable,
como un pródigo incendio que la lluvia cobija.

Hubo una época de apasionados héroes;
todavía persisten sus melancólicas constelaciones;
todavía se sienten,
vibrando en el ocaso,
sospechosos vestigios de su vida.

miércoles, 22 de febrero de 2012

El origen del presente

Río Amazonas

"... tal vez porque el presente no existe en realidad: todo es recuerdo,
esta frase que acabo de escribir ya es recuerdo"
"El ruido de las cosas al caer". Juan Gabriel Vásquez.

Porque todo presente y futuro
han ocurrido ya,
nada alcanzo yo a corregir.
Así, sin darme cuenta, van pasando las cosas
al instante de recordarlas.

Comienzo
recordando el latido que concierta a las músicas
cuando esta dicha de existencia
se ciñe sosegadamente al cuerpo.

Pasan ahora mundos aun sin formar,
mundos sin hálito,
ni sentimiento ni valor
sólo con una piel que desespera
y una escoria vuelta hacia atrás
que recuerda
y se reagrupa en el aire,
conformando los cuerpos que ya fueron.

Pasa el mar con su abismo elástico,
que no puede caer en el azul;
…el mar,
que se dobla, se riza,
y desea caer en otro abismo
más niño.

Pasan las manos que subyugan al amor
porque lo achican,
lo vacían de su intensidad virgen,
por eso se endurece como el cuero
… el amor, como un tacto vigoroso
que todo lo penetra, tenaz y sin esfuerzo,
porque el amor es el artefacto de los sueños,
que perenne se excita en su interior.

Pasa el día de hoy
recordado en una tigre blanco
que demora en la sombra.

Porque perdí el color de la mirada
vuelvo a ser recordado,
porque ya no sentía el calor de los otros.
Vuelvo a ser recordado,
porque dejé el amor pudriendo
en los castrados muros de los templos.

Y también sé
que pasará hoy tu cuerpo
fluyendo en la armonía de un vino subyugante,
respirado en el hálito que sostiene a la llama.

jueves, 16 de febrero de 2012

Saxofón ardiente


Feliz 100 mil culos

Imantada de sangre,
su mirada se encandeció
abierta a la blancura.
Se prolongó
por el relincho de los huesos,
por el enigma cuántico
de tanta ubicuidad.
Se acrecentó
en su espontánea caída,
en lo sagrado de sus cuerdas balsámicas
y en sus escenas
para después de los sentidos.
Se dispersó
en el tacto lento y desnudo
debajo de la maravilla,
en la avidez del fango más imposible.

Y entonces fue un instante
irrebatiblemente sensorial,
el clímax de la concepción de un saxofón ardiente,
profundo y perverso,
a tenor del concepto sonoro de la carne
y de ese trasero mugidor
―eufonía carnosa del oleaje.

martes, 14 de febrero de 2012

Moby Dick o aquellos animales infinitos


Blue (Moby Dick). Jackson Pollock

Huyen precipitándose los años,
celosamente envilecidos,
atravesando un túnel oceánico
hasta la noche eterna
o aquellos animales infinitos.

Los barcos hienden
el verde luminoso
―lonja de peces voladores,
raudos cuchillos en la bruma
bajo las tiendas de la luz,
esa revolución del cielo externo
o ruidos de un territorio
de exceso y corpulencia
flotando acampanada en los sentidos.

El arpón
como un relámpago en el vientre de la ballena.
La violencia marina
al despuntar
la primera horquilla de Sol.

lunes, 6 de febrero de 2012

Al ritmo de una máquina exterminadora


City from Greenwiich Village. John Sloan.

Puedo sentir
esta araña de luces en el tiempo,
y el fuerte resplandor de la consciencia.

Puedo sentir como, sobre aquel muro,
se irradia un lago cósmico;
toda la noche junta
toma asiento en uno de sus flancos.
Un clamor de cruces negras ha derrumbado el día.

Acecha una penumbra
tras las ventanas,
la lluvia se amedrenta
y se imponen también
las sentencias vacías de la calle,
siempre con ese rastro
a puertas desconchadas.

Tienes que aguardar una altura
más respetable,
y desaparecer
en las horas en que la noche
se vuelve más incoherente,
cuando los astros sueñan
introducidos en campanas inabarcables.

Sí, tienes que aguardar
una noche que incluya los orígenes
de un alzamiento más irrebatible,
una catedral silvestre
levantada impecable
con piedra encandecido.


Ayer noche escribía estos versos,
al ritmo de una máquina exterminadora.

lunes, 23 de enero de 2012

Naturalezas vivas


Sing Sorrow. Ben Shahn

del dolor

Del dolor que pesa
de tanta claridad encima;
de dolor como el lento deambular de los metales,
esa polea o rueda que se invierte
en las formas pulsadas de la locura;
del dolor perpetuo y constante
como los muros secos de los conventos;

la lágrima del corazón,
magnífica, resbala firme,
casi sólida, casi dulce,
como un caracol transparente.



de la espada

De la espada que es descubierta en el aire
como un cristal fortuito
que vierte sangre fresca
de congeladas noches
lejanas, muy lejanas,
ya dentro del olvido;
noches moviéndose hacia atrás,
vivas de tanto miedo al Sol.



de las piedras

De las piedras distorsionadas
en un desierto palpitante y obsesionado por la vida,
que chillan
el silencio circundante,
con llanto o fuego íntimo.


de las abejas

De las abejas hechas con alas rotas,
sensibles solo a las substancias de la tarde;
insectos penetrantes,
más penetrantes que un ojo directo,
insectos que guardan el oro de la luz,
toda su provisión de seres polvorientos.


de las horas

De la hora, la primera, precedida
por el día no por la noche,
acumulada quieta
sobre los huesos de un mamut congelado.
De la hora con actitud de pájaro o de sueño.
De la hora capaz de descansar
para siempre,
cerrando sus números tibios;
una hora que será
la grieta
por donde yo me escape
con todos mis paréntesis de nieve.

domingo, 15 de enero de 2012

Al umbral de mi tumba


Avenue of Rowan Trees near. Vilhelm Hammershoi

Al umbral de mi tumba
vierte lenta esa lágrima,
que luego sea caudal.

Aproxima despacio
la boca,
que el aliento se agrande
remontando la hierba.

Acerca apacibles
las manos a los pastos
cuando mis huesos sueñen la ceniza,
y acaríciame lento
─está la brisa
silbando entre mis vértebras.

miércoles, 11 de enero de 2012

El agujero negro

Agujero negro estelar

Yo soy el blanco, el agujero negro.
Soy la diana de todo lo creado,
porque todo converge
a mí
cuando lo siento.

Esa que ahora miro,
en la noche infinita,
es mi estrella;
cuando muera y se apague
sentiré un delirio sin límites,

en un chorro de luz pura
dentro de mi negra tumba.

lunes, 9 de enero de 2012

El otro lado


Mujer durmiendo. Anómino

La perfila
un espacio cerrado de penumbra.
Es una fosa
el pálpito de su letargo.
La sellan
los trabajos del laberinto.
Su cabello,
cascada de azabache,
se derrama en el lecho
sobre un dorso lamido y una luna carnívora.
Sus nalgas pardas,
de pardas,
largas raíces
hundidas en la noche, absorbiendo
sus líquidos templados

Sus cánulas abren el germen.
Un cuchillo retira las médulas.
Ha estallado un tumulto en la sed de los labios
―sus alambradas.
Es el sacrificio del Ser
y su fragancia en el origen.

Yo soy su luz;
exacta a un Sol caliginoso
pero más denso
y con todo el esperma renovado.


viernes, 6 de enero de 2012

Yo he intentado saber

Claro de luna. Edvard Munch.

Levanto el pensamiento
contra el sueño del pensamiento,
donde lo sutil de mi nombre
se transfigura en llama.
Yo he intentado saber,
pero el porvenir
ha tirado el corazón a la marea
desangrando su último rosal,
el tejido que envuelve el ojo
abrigando la lluvia del instante,
ese esputo al charco continuo.

Yo he intentado comprender el rito
conjurando la hechicería de la palabra;
discutiendo del hueso de las horas,
de sus remotos crímenes.
Yo he intentado saber
como el cuerpo de un río
que se enreda en el mar.
balbuceando por ejemplo:
“Mi corriente es la noche
y resbalan a su través
todos las cosas de la muerte”

Yo, que he tocado los lugares francos,
he intentado saber
de la disposición natural de la tierra,
de sus vivos y de sus muertos

pero se me hace difícil la sangre,
su fluir irreal por tan angostos lechos.