sábado, 10 de diciembre de 2016

Como un sentimiento de blues

Cuadro de Versatis
Las muchachas de la verbena
con sus arcas de luna en la cabeza,
los delicados ojos
de los caballos del tiovivo,
la luz bruja de aquel recinto
entre las sombras de la noche.
Van cayendo estos vidrios rotos
en el vacío de mis recuerdos.
La realidad
no concibe las manos del pasado,
la microscópica evidencia
de que todo cuanto fue, es tangible.

Y qué será de lo que me quede de ti:
de la última voz, de la última luz,
del último sabor de tu piel caliente.
¿No duermes aún, amor mío? ¿Te abrazo?
Pienso en ti mientras observo la lluvia
escribiendo su rúbrica
en la tierra que llena mis ojos.
Acuérdate del esplendor,
de su insigne cadáver
que siempre nos espera
en el doblar de alguna esquina.

También pienso que solamente con pronunciarlas
aparecen la noche y sus teas negras. Nos cercan
las horas del remordimiento,
el rojo agonizante de las calles sagradas,
las montañas de sombra y el azafrán de la muerte.
el miedo
a la enredadera del alma y a sus ríos revueltos.

Todo tan personal
como un sentimiento de blues.