martes, 6 de septiembre de 2011

A dónde he ido yo




Una ciudad a orillas de un río con crepúsculo. Turner

Desde las máquinas o los gigantes
ladera abajo vierto,
en una pincelada roja,
la sangre distraída,
las colmadas riberas,
las lágrimas,
sus más hermosas crines.

Desde allí arrastraré la lluvia
precipitando sus brillantes pérgolas.
Ensancharé los créditos del cielo,
los trueles errabundos sobre aquel despojo de nubes,
sus alvéolos atrapando todo el aire de los espejos.

Libraré a los insectos con sus sedas de vivaces crisálidas.
de élitros multiplicados y animosos.
Desde las más altas coronas
pronunciaré los términos del agua,
las voces que los hombres no revelan.

Sumergiré la desaparición.
Serán puros los ritos, infinita la luz.
Son los ojos sus sacerdotes.
La celebran, la sacralizan,
la mitifican.

Y tú, no llores más;
el amor es un polvo blanquísimo
que se extiende lentamente por las cánulas de las manos.
Aproxímate a mí mientras franqueo la frontera diurna.
Sobre una tierra antigua continúo buscando
a dónde he ido yo todo el resto del sueño.

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