viernes, 11 de mayo de 2012

La ciudad deletreada al fondo de la inquietud

Y desde el aire siento la cuadriculada emoción de mi ciudad.
Buenos Aires abajo, deletreada en la luz,
Cantada por los monótonos motores del avión"
de "VISTA AÉREA" (Marcos Ricardo Barnatán)


La ciudad
deletreada al fondo de la inquietud
como un monótono resplandor,

algo más que una vida o que un naufragio
sin un dolor al que aferrarse
y arder en un momento
suspendido
como en una pira funeraria.

Así es como germinó aquel impulso,
el tesoro de muchos años sin dueño.
Surgió de la contemplación arrodillada de las calles,
de las largas miradas calientes como disparos que intuyen la pureza,
cuya percepción era un giro que perdía el blanco,
musitando la transformación de lo visible,
la ofrenda de un paisaje limitado,
un corazón de agua fría;
para mí, un hermosísimo fuego
ya ido,
una llama sola que arde oscura.

La ciudad engendró el sexo de oro,
los instantes sometidos a placeres impensables.
Casi todo estaba ahí,
incluso la vil certidumbre de los estrategas.

Pero maldices porque todavía estás a la espera,
porque aún queda alguna vibración de perdedores,
algunas piedras en la memoria del origen
y quedan también algunas preguntas.

De boca en boca,
los rótulos salvajes de la inmensidad
¿De qué animal presentido
eres tú la perpetua imagen?

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