sábado, 19 de enero de 2013

Actualidad del 39

El periodista británico Raymond Walker arriesga vida cruzando bajo las balas el Puente international desde Irún hacia Hendaya llevando en sus brazos a un bebé refugiado.

En el presente año,
la tierra
se pobló de cadáveres;
los hombres
acabaron así,
como los días,
todos ellos muertos,
noche tras noche.

Se rindieron
desahuciados
por la traición pública.

El semblante avieso y feroz,
la sombra,
la conciencia, que nunca ya
pudo huir de sí misma.

Todo, en los asesinos,
es quietud y luz fría.

Mientras nos acompaña
el llanto agudo del violín,
vamos buscando los paredones.
Muchos no se resignan
a esos túmulos clandestinos
donde fueron devueltos
los humillados.

Se rindieron
vencidos
por la traición pública.

En medio de la nada,
los hombres
con cirios encendidos en las manos
buscan el Sol
al final de un mar
muy lejano.

El semblante avieso y feroz,
la sombra,
la conciencia que nunca ya
pudo huir de sí misma.

Todo, en los asesinos,
es quietud y luz fría.

4 comentarios:

Esteban Granado dijo...

No hay que dejar que caiga en el olvido, por mucho que ellos lo eliminen de los planes de estudio, por más que denieguen las subvenciones y traten de ridiculizar a las asociaciones, por más que con la excusa de la crisis económica quieran desterrar este drama de la discusión pública, no les dejaremos hacerlo. Seguiremos escribiendo poemas como éste, tan claros y tan necesarios y tan decisivos como éste. No van a callarnos, ni a nosotros ni a los que vengan detrás de nosotros. Hasta que se haga justicia.

Un abrazo

Unknown dijo...

Gracias, Esteban, por dejar aquí este comentario de apoyo a la inolvidadble memoria de una éxodo y masacre que avergüenza no sólo la historia de nuestro país, sino la del mundo entero.

Un abrazo, querido amigo.

Julio dijo...


Tuve ocasión de oir, también, el recitado que hiciste de este poema. Necesario y siempre justo. Me gustó, Ferreiro. Enhorabuena y salud.

Unknown dijo...

Julio, gracias por pasar, celebro que te haya gustado este poema.
Hace unos días he terminado la lectura de la novela “Días y Noches” de Andrés Trapiello; trata del diario apócrifo de Justo García, un sargento del ejército republicano que luchó siempre en primera línea en los frentes de la Guerra Civil Española. La novela se desarrolla durante los últimos meses de la contienda, cuando ya estaba todo perdido para la República. Me impresionó el realismo con se narra los hechos que debieron haber acontecido en aquellos aciagos tiempos, la odisea de los perdedores, el miedo, la traición, el éxodo multitudinario de los miserables cruzando la frontera francesa y el maltrato inhumano al que fueron sometidos en los campos de concentración del país vecino….
De todas estas circunstancias, magníficamente tratadas en la novela, nació este poema.

Un abrazo.