domingo, 29 de septiembre de 2013

Un hombre insoluble


Oficina en una ciudad pequeña. Hopper

Un hombre ¿solo? Con su yo soluble.
                                          Blas de Otero


Después de leer a Blas de Otero
he pensado en probar
algún verso de perdedores:

Naciente o terminante
un hombre
solo e insoluble, indescifrable
…………………………
Hasta los tuétanos
me ha llegado este viento ardiente,
hasta las sienes este mar de fuego
………………….
Un destello de sombras,
una emulsión de dioses muertos.
………………
Hay ríos perdidos
que no saben del mar en calma
Hay infinitos orbes en nacimiento
sobre otros mundos aplastados.

……………….

Sí,
aquí en la hamaca
voy ensayando algún poema
de desahuciados
mientras tiemblan tus nalgas,
en la luz de la luna
lustradas,
mientras las extensiones íntimas
de la mañana
quedan desangrándose de tanta noche herida.
Quiero enfilar mis versos
en la derrota de la sangre disparatada,
contra el hielo y contra la calles
que no sienten la carne que roza sus fachadas.

Hoy deseo escupir a los días sin rumbo,
y airear el sonido de las flautas.
Quiero sombras de paloma al fondo de las aguas.
Quiero todos los ruidos de un mar embravecido,
ser la ola y la luz
que al final se extinguen y estallan
en un labio de grava.

Que todo sea nada
que ni siquiera sea el miedo,
la sed de los hipócritas,
y los perjuros de la fama.

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