sábado, 25 de enero de 2014

de largos ojos desmelenados

Eclipse y ósmosis vegetal. Salvador Dalí

Eran los días de la luz más pura,
de los espacios rotos y de los tiempos quietos.
Eternamente el Sol saqueaba la noche primitiva.
Donde lo real era explícito e inexorable,
vigoroso en lo blanco, increíble en lo nítido,
e intacta,
el agua era ajena a la sed.

Entonces ―geométrica― la pupila nos mostró el culto
a las imágenes cortadas en la sien de las horas
y a los cristales grises de la memoria.
Mientras, en ciclo indefinido,
giraba lo inestable en el enigma de los cuerpos.

Tú, el caballo caliente del caos,
de largos ojos desmelenados.

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