
(Fotograma "El tercer hombre" de Carol Reed)
Entre la niebla
estaba la hojarasca de tus ojos
y en tus labios se deslizaban
los simulacros del lenguaje.
Te alejabas como una espiral en el polvo.
Después, yo inventaba el amor
como el atardecer inventa insectos.
2 comentarios:
Increíble como trasmites tantas emociones en tan pocos versos
Sigue así porque el atardecer inventa insectos pero tú tienes un don para inventar versos
Un abrazo
Guapo
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