
Fotografía de Xaime Oroza
A mi padre.
Un aullido del tiempo tras la ventana.
La persistente actividad de un ojo como un lago vivo,
contempla en la distancia inmarcesible
el aleteo del serrín cremoso en las mesas de mármol,
brazos, piernas, rostros de sombras
en los árboles de la plaza,
contempla
la lujuriosa espesura del monte,
cielos y hierba de inagotable color,
los cobres brillantes del mar y sus abejas de repente,
contempla
aquellas manos que se fueron
sin apenas solicitar en la caricia.
Dime, velocísima frente, y piel y labios
cuánto rojo buscasteis dentro de la tierra.
El ángel con su hierro curvo
nos llevará
a donde los años se espuman.
2 comentarios:
Sempre é unha gran honra colaborar co teu fermoso canto, meu.
Unha aperta
Graciñas, meu.
Unha forte aperta.
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