viernes, 25 de diciembre de 2015

La noche en éxtasis

Noche estrellada

Llevaba en el cuello,
aherrojado,
todo el remordimiento,
y unas garras, pacíficamente,
me arrancaban la razón.

Le miraba los labios colmados de flores,
la suavizada piel recubriendo los campos,
encandecida, fulgurando los sedales de hierba.
Las palabras que pronunciaba
se izaban como pájaros
cuando el viento batía sus ruidos.

Ella pedía
unos mares con anchos pies
para establecer tránsitos
inabarcables.
Lilas para llorar la alucinación de los muertos.
Esperar de la tierra, esperar de las aguas
que fuese… que existiese.

En medio de los aullidos,
el desencajado semblante
al sur de la condena y sus consuelos trágicos.

Desenvainó el semblante
para rebanar con su filo
la nostalgia que la encumbraba
con una palidez lunática.

Después, sentados
al borde de una noche en éxtasis,
observamos todas aquellas lámparas encendidas.

4 comentarios:

Julio dijo...


Un buen rato y estancia para la lectura, Ferreiro. Todo bulle y se expande en tu poema, imparable. Con un abrazo.
Salud.

Julio G. Alonso

Unknown dijo...

Gracias, colega, por esta grata visita.

Un fuerte abrazo.

Sandra Garrido dijo...

ohhhh qué final. Apoteósico.
Cada imagen puede palparse.
describes con bellas y sugerentes metáforas.
Disfruté de la lectura Ferreiro.


Un fuerte abrazo

Unknown dijo...

Gracias Sandra. Son todo un honor tus comentarios.

Biquiños.