martes, 31 de mayo de 2011

A la salida del cementerio


Cementerio de Brión (Ferrol). Fotofrafía de Victor Bueno Carro.

Con indolente intensidad
contemplo el resplandor azul del cielo.
Se siente el oro de la luz,
cercano, y extraíble
por cualquier espíritu atento.

Una bandada de palomas siembra su gris convulso
en una apoteosis de plumas al galope.
Con el frío teñido a flor de piel,
infantil y ruidosa,
se apremia el agua del arroyo,
jaleando la transparencia íntima de la tarde.

Talla mi sensibilidad
un diseño de reposados dolores,
que, como guijarros gastados, se dispersan
en los paisajes cubistas del alma

La noche pronto empezará a caer,
siempre de cualquier modo;
algunas veces vierte algunas estrellas,
otras es cristalina
como los sueños al coagular.

Detrás queda el cementerio;
y toda esa dorada ceremonia
de destellos, murmullos y pulsos interiores,
mistifica de alguna forma
la extasiada reserva de los muertos.

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