miércoles, 9 de marzo de 2011

La ciudad inevitable

Atocha. Antonio López

Veo nubes enfermas cercando la ciudad
y un sol rojo que tiembla detrás de la luna.

¿Una derrota? ¿Una imposición?
A tus espaldas
ciertas tardes se acaban
y encienden sus maderas de tristeza,
con esa otra voz que pronuncia póstumo el canto de los pájaros.
A tus espaldas
ciertas tardes se acaban
mientras se pudren los semáforos en las aceras
y la lluvia se aleja con su agónico gesto de alga empapada,
oxidadando siluetas y artificios
entre el blando zumbar de su letargo.
Sí, veo las nubes enfermas cercando la ciudad,
confusa e inevitable
como una estación de metro que en el túnel se pierde
pero siempre retorna iluminada.

Así, de pronto, he sentido como las calles
atropelladamente
penetraban por mi ventana.

J. J. M. Ferreiro

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