miércoles, 9 de marzo de 2011

Salvadme de lo eterno

El Pabellón del malecón. Michael Andrews

Avanza a esta demora de lo eterno,
a esta fugaz demarcación entre las sienes de un relámpago.
Encontrarás un corazón obligado a batir el tiempo.
Te abrazarán las fibras de la noche dispersa
para poder arder en ti.

Aquí habrá vigilancia,
opacidades que te nombran
con susurros silabeando el soplo de la incertidumbre.
Aquí, en las arterias del espejo,
se enciende un pecho a flor de espuma.
Aquí, la sangre se satura de intransparencias.
Aquí, en los peciolos de los chopos,
están los presidios del aire
impregnando el sabor de tus encandecidos labios.

Mirlos de barro y nieve, salvadme de lo eterno,
del manantial de su vigor exacto,
de sus altivos cauces,
de sus cánulas imantadas.


J. J. M. Ferreiro

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