martes, 15 de marzo de 2011

María, yo sucedo al fondo del polvo

La ciudad dormida. Paul Delvaux

Tus gastados pies corren calles que se despliegan sin sentido.
Tienes cara de tierra,
y te llevas todas las luces en las manos
mientras los mares hierven a lo lejos.
Alguien pulsa tu frente de mercurio,
tus metales de sombra,
e incita la anuencia de dos labios
que se aproximan en la niebla.
Nadan tus brazos una ola que da la vuelta
y se quema en su propia espuma.
Mueres y te renuevas en el estruendo de las playas.
¿Te figuras
las estrellas mostrándose,
de repente palpando las cosas del pasado
como si fuesen plumas momentáneas?
Y todo esto sucede
cuando la muerte es una guitarra imaginaria
o aquel cuello del crimen en un plato sagrado;
un plato con pedazos de tu nombre,
pedazos de tu carne
que se llevan el fruto de todos tus insomnios
como una luz vencida, como un agua vencida.

Al expirar del sueño
un vagón en la noche cruza el mundo
pero…
¿será el mundo como una afinidad que sólo existe si es sentida?
pero…
¿será real lo que es sentido?

Siempre, cuando despiertas,
un fantasma amarillo se enreda sin desembocar
como el estertor de un espejo
donde la luz ya no se busca;
la blanca túnica de un día muerto que vino a la deriva,
meciéndose oxidado.

Somos otros, aquellos otros
que existen desde lejos
en una hueca máscara
que esconde el rostro lacio de los dioses.

María,
yo sucedo al fondo del polvo,
y siempre polvo en pensamiento.
Sí, los pedazos de tu nombre, pedazos de tu carne
que en las horas más largas, se desmoronan.

María,
mis días se devastan en los tímpanos del desierto;
se extinguen en la cruz de las montañas
como un parpadeo que atrapa todas sus piedras,
todo el sol, todo el tiempo, toda la muerte
como en la transparencia de una excitación presentida.

Asciende un toro sobre la Vía láctea,
también asciende un astro con sus tigres dormidos.
Asciendes tú
como un pájaro abstracto que renueva los cielos.

J. J. M. Ferreiro

1 comentario:

Ana Muela Sopeña dijo...

José, un poema muy original que me da mucha alegría volver a leer.

Me alegra mucho saber que ya manejas el blog.

Un abrazo
Ana